viernes, 17 de junio de 2011

Inflación: Mitos y verdades

Gente hoy voy a salir un poco de mi formato clásico publicar historias propias con cierto aire de misticismo y locura mental y voy a mostrar un articulo que me mando mi profesor de macroeconomia, un tipo que siempre anda con cara de funeral y que no para de fumar pero que sabe mucho de economia y a quien le tengo algo de respeto (pese a tener que tomar apuntes rodeado por una orda infernal de humo). Este articulo es sobre un tema de mi especial interes sobre el cual tenía pensado escribir algo y a la vez un tema de especial interes para todos los argentinos estos ultimos años, la inflación. (Para los que no tienen muchos conocimientos economicos algunas cosas las van a entender y otras no pero en general esta escrito con palabras faciles y ligeras. El video de abajo es un tema de Van Halen a principios de los noventa que justo estaba escuchando cuando lei el articulo y quedo muy bien)



Mitos y verdades de la inflación en la Argentina

Emilia Subiza
LA NACION

Domingo 20 de febrero de 2011 | Publicado en edición impresa
Que es dispersión o reacomodamiento de precios. Que sólo preocupa a las clases medias y altas. Que en el Mercado Central se consigue palta por $ 1... Estas fueron algunas de las diatribas oficialistas contra quienes osaron hablar de uno de los problemas más reales que viven diariamente los argentinos en sus carcomidos bolsillos: la inflación.
Francisco Gismondi, economista y ex responsable del área de estudios macroeconómicos del Banco Central, analizó algunos de los variados mitos que circulan en relación con este problema con la metodología del recordado programa Cazadores de mitos , de Discovery Channel.

Un poco de inflación es bueno: verdad . Si bien no hay consenso absoluto, la mayoría de los economistas comparte esta visión. El razonamiento es que como algunos precios no bajan nominalmente, para que puedan ajustar los precios relativos, es más fácil cuando hay algo de inflación. Cuando se habla de "un poco", se refieren a niveles del 2% anual para países desarrollados y no más del 5% para los países en desarrollo.

Los empresarios son los que generan inflación: mito. Cuando hay estabilidad de precios, el que aumenta se queda afuera, porque todos vamos a comprar a otro lado. En cambio, cuanto más alta es la inflación, más fácil es para los empresarios tener comportamientos monopólicos, incluso cuando el mercado es competitivo.

La inflación perjudica más a los que menos tienen: verdad. Lo que se deprecia es el dinero. Por lo tanto, los pobres, que tienen mayor proporción de dinero en relación con su riqueza, están más expuestos. Cuanto más rica es una familia, más activos tiene para cubrirse: inmuebles, autos, acciones y bonos.

La alternativa de la inflación es la de "enfriar la economía": verdad . Los defensores del modelo han argumentado que crecer un poco menos, a tasas más "sustentables" en el largo plazo, sería algo negativo. Bajo la mirada local, la tasa de interés óptima sería de cero por ciento. Pero los ejemplos de países como Brasil, Chile y China, que subieron sus tasas, muestran la refutabilidad de esta creencia.

Las políticas expansivas son siempre buenas: mito. Fomentar el crecimiento del consumo de manera no sostenible en momentos en los que la capacidad ociosa de la economía no es elevada es también parte de la explicación del fracaso del modelo de los 90.

Es mejor el crecimiento con inflación que la recesión con deflación: mito. Tanto en la historia como en la actualidad se encuentran ejemplos de países con recesión e inflación alta (Venezuela), o de fuerte crecimiento e inflación baja (China). Puede ser que para un período corto haya ejemplos de inflación elevada y fuerte crecimiento, pero no es una regla que se pueda aplicar para períodos prolongados.

No hay inflación, sino reacomodamiento de precios: mito. Cuando hay un aumento generalizado de precios de más del 10% anual por más de cuatro años, no hay otra explicación que la inflación. No se trata de que un mes sube cada capítulo del índice de precios, sino de un aumentos constantes y sostenidos en el tiempo.

En el mercado central, no hay inflación: mito. Hay que distinguir nivel y variación de precios. En el Mercado Central, los precios son menores, pero eso no quiere decir que no suban.

En todo el mundo se duda de los índices de precios: verdad. La tendencia a registrar más lo que sube que lo que baja puede hacer dudar de las estadísticas. De todas formas, la diferencia que suele haber entre la inflación bien medida y la "percibida" es de un punto, y no de 15 o 20.

martes, 14 de junio de 2011

A quien quería engañar

Una historia que tenía escrita desde hace un par de meses, muchos ya la habra leido



¿A quien quería engañar?

           La mentira era lo que yo parecía necesitar para hacerme un lugar en aquel mundo que se mostraba como un terreno oscuro por aquellos días. Mi vida era vacía y con muy poco que contar, lo cual había sido siempre un gran problema para mí ya que mi personalidad me impedía no tener nada para contar, no, a mí me gustaba ser el centro, el que siempre largaba algo nuevo, solo así la gente me tendría en buen concepto, solo así daría una buena imagen al resto, ¿y de eso se trata no? De la imagen, el mundo es imagen me decía en ese entonces y nada es más importante que eso.
           
            La mentira era la salida que buscaba, la puerta al mundo iluminado en el que me quería escabullir, aquel mundo en el que yo podría ser el centro de atención. Así fue como comenzó todo, la verdad no me alcanzaba, me hacía sentir pequeño y de poco contenido. Tampoco bastaba exagerar la verdad, esa estrategia que fui usando cada vez con menos miedo y más placer, había servido de mucho para poner algo en aquel bolso vacío que era mi vida, pero ya no alcanzaba tampoco, había llegado el momento de matar a la verdad.

            La mentira comenzó, en aquellos días entrando a la adolescencia, simplemente les mentí. Empezó siendo solo eso, una simple mentira, la creación de un dato falso, el asentir algo que sabía que era erróneo al hablar con determinadas personas, aquellas personas populares a las que uno siempre quería impresionar. A muchos les intereso mi vida por primera vez, muchas voces acalle con esa mentira aislada. Por un momento estuve bien, obtuve la atención que yo quería, puse mi voz en el centro de la mesa de turno, logre ser tenido en cuenta por muchos. Pero a los pocos meses ya ni esa nueva atención alcanzaba, de hecho se estaba yendo, había que renovar, ¿salir a vivir la vida? ¿salir a generar anécdotas y vivencias? NO, ¿para que? Mejor crearlas, ficcionarlas y regalárselas al mundo, llenar el bolso de contenido falso, yo ganaba y ellos también.¿Pero hasta que punto ganaba y desde que punto me acercaba a mi peor derrota?

            La mentira me había dado un respeto, pero no una amistad, la gente no buscaba anécdotas sino personalidad, las anécdotas solo acercaban el chusmerio, y eso atraía un nuevo gran problema, los curiosos que preguntaban más y más sobre algo cuya realidad era irreal. Fue así como me vi obligado a ampliar aquella mentira, a llenar más y más el bolso con datos falsos, ampliar su contexto, agregarle personajes, explicar las causas de aquella mentira dándole inicio cada vez más atrás en el tiempo, contar como fue evolucionando esa mentira a medida que los meses pasaban (es decir, agregar más y más datos). Descubrí que el “publico” se contentaba mucho con algunas situaciones cuasi novelescas, como las peleas, traiciones y desamores y por esto fue que comenzaron a abundar en mi mentira. De esta manera es que el bolso se fue llenando, debía de estar muy pesado ya que estaba lleno, lleno de mentira, esta mentira grande que crecía y crecía. Muy lejos habían quedado ya los tiempos en que era solo un episodio aislado improvisado para sorprender a un par de seres intrascendentes, ya era todo un universo paralelo.

            La mentira ya no era solo al popularcito como había dicho algunos párrafos atrás, a esta altura ya alcanzaba a todos, el popularcito había sido metido en la misma bolsa que el gil, que el listo, que el estudioso, que el deportista, que el artista o el comerciante, ya nadie que conociera mi ser escapaba a esta mentira, ni mis amigos ni mi familia, NADIE, le había mentido a todos. Solo me veía obligado a cambiar algunos pequeños datos de aquella mentira dependiendo de a quien se la contara y manteniendo cierta distancia entre algunas personas para evitar que las distintas versiones se mezclaran. Y así lo hice, el plan salio a la perfección, ahora absolutamente todos podían ver mi bolso lleno, cada vez más lleno.

            La mentira ya era muy fuerte y sobrevivía al paso de los años, la adolescencia había terminado, la juventud había arribado y al poco tiempo ya se había consolidado, pero aquella mentira que había iniciado mucho tiempo atrás seguía presente. Fue entonces que me comenzó a pesar, pero el peso no venía del bolso, no, el bolso seguía allí abajo engordando cada vez más, este peso era algo distinto, era un peso en mi interior, un peso cada vez más abrumador y con el tiempo más y más doloroso. El paso del tiempo me había hecho ver esa mentira de una manera distinta, ya no era una amiga, ya no era una elección, ya no era la puerta de ningún tipo de respeto, ya era una obsesión, estaba viviendo un mundo paralelo que no existía y nunca había existido, ¿Por qué había hecho todo esto? Hablando con franqueza (por una vez en la vida) no lo necesitaba, a esta edad todo lo que uno quisiera tener en la vida yo lo tenía, no había razón para seguir con aquella mentira, pero tampoco podía irme atrás ¿Decir que no era cierto? Jamás, ya no necesitaba andar mintiendo para ganar el respeto de la gente, pero confesar que la mitad de mi vida había sido una mentira hubiera sido un suicidio, hubiera sido la destrucción absoluta de mi identidad. ¿y porque mi identidad tendía de una mentira? La respuesta era sencilla, ya no le estaba mintiendo al pueblo, ya no era solo mi familia o mis amigos, la principal persona a la que estaba mintiendo era a mí mismo, por fin lo entendí, el peso estaba en mi cabeza.

            La mentira que había dicho tiempo atrás se había convertido en un monstruo… sí, había creado un monstruo. Muchas veces nuestros monstruos nacen a comienzos de la adolescencia, muchas veces por una mala decisión tomada en la búsqueda de la felicidad, ¿en verdad falsear la verdad me había hecho feliz? ¿había conseguido algo? Dolor, solo dolor. Ya pasaba con creces los veinte y en este punto me abrumaba el dolor. No quería agrandar la mentira, pero algo en mí me  impedía impedirlo, vicio, necesidad, obsesión, costumbre o quizás simplemente el no saber hacer las cosas de otra manera. Fue entonces que enloquecí, el peso en mi cabeza no me dejaba pensar, no me dejaba sentir, no me dejaba disfrutar, no me dejaba amar… debía cambiar. Fue así que en mi momento más oscuro, en mi más absoluta desesperación, decidí tomar el bolso, arrojarlo bien lejos, prenderlo fuego si era necesario, pero al levantar aquel inmenso bolso, aquel bolso en el que se hallaba toda mi vida adentro, me encontré con una curiosa sorpresa, no pesaba casi nada, estaba vacío, su tamaño era solo una ilusión, todo lo que tenía adentro era una mentira… solo aquellas pocas verdades que había dicho ocupaban espacio en el bolso, la mentira solo lo inflaba más y más, el verdadero peso de la mentira estaba en mi cabeza, quitándole lugar a las ideas, a los recuerdos, a los sueños y a los deseos, volviéndome cada vez más un ser vacío.

            La mentira no había impedido del todo que mi vida en los siguientes años hubiera tomado un buen rumbo, pero si tenía bastante éxito impidiendo que pudiera disfrutar del todo aquel rumbo. Esa mentira era una dolencia muy profunda de la que nunca podría liberarme, jamás podría suprimirla o despegarme de ella pero tampoco quería seguir alimentándola, solo traería más dolor, la única opción era congelarla, ponerle un final, marcar un punto y decir “desde acá nunca más, lo que se dijo ya se dijo y nunca se dará un paso atrás, pero tampoco pondré una sola palabra más arriba de todo eso, nunca más palabras falsas en mi vida”

            La mentira pudo haberse solucionado de otra forma… exterminándola, diciendo la verdad, quitando esos espacios vacíos del bolso, pero simplemente no me animaba, la mentira me había consumido… esa decisión requería una personalidad que nunca podría tener, una fuerza de voluntad y absoluto coraje que no eran parte de mí…no, los espacios vacíos seguirían, pero desde ahora solo habrá lugar para verdades en el bolso.

            La mentira dejo de crecer finalmente. No fue hasta la adultes que pude llevar al cabo por completo esta decisión pero lo logre, había malgastado el tiempo, había malgastado el bolso, pero ya no lo haría más. Supongo que no es muy diferente a lo que le pasa a muchos otros, algunos malgastaran el espacio de su bolso con drogas, otros con crimen y así supongo yo que podría alargarse la lista, en mi caso lo malgaste con mentira.

            La mentira que cargaba ya aproximando los veinticinco años era una mentira que ya también era madura y desarrollada, una mentira  que desde aquellos últimos años de la pubertad había sido alimentada durante más de una década, pero fue ahí que por fin una nueva etapa comencé.  Mi nuevo objetivo era llevar una vida limpia de mentiras, autentica, propia y absolutamente real aunque nunca pude olvidarme del todo de los días oscuros, ya estaba sucio y no había marcha atrás. Pero hubo algo que sí gane, una lección, un aprendizaje, que dictaba sabiamente la poca importancia que tiene la imagen si ante todo no es sincera y lo mucho que vale esta sinceridad con uno mismo.

            La mentira que hice fue lo que me dio pie a escribir todo esto que estuviste leyendo, tu pregunta querido lector debe ser ¿Cuál fue esa mentira?... es lógico, es la gran incógnita y si no estas haciéndote esa pregunta quizás falle como escritor, pero si te la estas haciendo lamento mucho desilusionarte, ya lo dije antes, nunca pude desprenderme del todo de aquella mentira y nunca podré tampoco, nunca nadie se enterara que fue mentira y ese es mi gran dolor y quizás mi gran error pero también es mi naturaleza y no puedo ir contra ella… la mentira se ira conmigo a la tumba, sin embargo para concluir con esto hay una cosa si te puedo decir…


miércoles, 8 de junio de 2011

Homenaje a una de las mejores bandas de todos los tiempos


Recien me hago el blog y ya lo estoy colgando, muy mal de mi parte. Bueno se me ocurrio escribir algo nuevo o poner algo ya viejo aca para alimentar un poco el blog, pero rápidamente me encontre muy tranquilo escuchando a una de las mejores bandas de toda la historia y una de las primeras en llamar mi atención cuando era mucho más pibe, Queen, así que esta "entrada" no se la llevan las letras sino los sonidos.