martes, 7 de febrero de 2012

Un minuto de paz


Un minuto de paz 


        _ ¿Anduvo la cámara?
            _ No, no arranca _

            Fue lo primero que escuche al despertar. Los gritos parecían muy cercanos, unos diez o quince metros a lo mucho y provenían de dos fuertes amistades mías. Pero al abrir los ojos note como mágicamente las distancias se habían modificado. Tal vez ni en un millón de años se me podrían ocurrir las palabras indicadas para explicar aquella situación pero intentare aproximarlos aunque sea un poco.
            En principio las palabras que generaron mi despertar no eran tan cercanas como había imaginado, diez metros se convirtieron en cien, y no solo cien, las alturas eran distintas ¿Cómo es que aquella pregunta de la cámara llego tan limpia a mis oídos viniendo de tan lejos? Tampoco había sido un grito… Tan solo una simple pregunta de un amigo al otro y yo ahí escuchándola a fuerza del eco desde la otra montaña.


           Explicado ya aquello quisiera referirme con más detenimiento al escenario con el que me encontré. ¿Cuánto había dormido? ¿Dos horas? ¿Diez minutos? ¿Quince segundos? Imposible saberlo pero de alguna manera todo había cambiado. Aquella roca que había sido mi colchón ahora se convertía en el centro de mi nuevo mundo, en mi trono. Mirando las nubes fue como me dormí y ahora notaba que estaba inmerso en una de ellas… La nube había bajado y me había integrado a su cuerpo. Sentía su abrazo, sus húmedas caricias y su… bueno, me gustaría hablar de su blancura inigualable pero resulta que esta era más bien grisácea, con un cierta oscuridad un tanto exótica pero muy pintoresca que le daba al panorama general ese toque que yo tanto disfrutaba al contemplar.
            Eran muchas rocas las que formaban aquel escenario, muchas rocas tan unidas como separadas a la vez. Caminar sobre ellas representaba toda una odisea pero su retribución era notable: Adueñarse de un pedazo de cielo, aunque sea por un rato ese cielo era mió, esa nube era mía, ¿O era la nube dueña mía? ¿Será que fui nube por un día? Y estuve viviendo como nube, haciéndome y deshaciéndome por los cielos cordobeses durante aquel pequeño lapso de inspiración.
            Lejos de brillar por su ausencia estaba el sol que hacia sentir sus rayos pero de manera muy respetuosa, él sabia que no debia arruinar el momento con su abrumadora luz y es por eso que dispara sus rayos a media potencial disfrazando el más caluroso de los Eneros de un muy placentero Septiembre, o al menos asi me parecio en aquellos memorables minutos. ¿Pero debo decir minutos? ¿se le puede poner una unidad de tiempo a un momento como ese? ¿Cómo explicarle a una nube sobre el pasar del tiempo? No habian tiempos, no habian tiempos ni distancias, y ni hablar de algo tan artificial como el dinero, ese nunca existio allí arriba donde tan solo estaba yo en mi libertad. Es que todo era libertad aun en la completa soledad. Esa libertad que me daba una cierta sensación de eternidad e inmortalidad… cierta sensación de felicidad.
            Ahí no habia edificios y las pocas casas y fabricas las veía casi tan pequeñas como veo ahora las letras que escribo. A dos mil metros de altura estaba de cualquier ciudad, a dos mil metros de altura por sobre el mar. Tal vez no sea el techo del mundo, tal vez no sea una hazaña sin precedentes, pero no necesitaba más que ese punto para dejar la humanidad atrás y convertirme en nube, ser el cielo que todo humano ve desde que nace hasta que cae.
            Mientras escuchaba los sonidos del silencio y me dejaba mimar por los vientos y las nubes notaba como las rocas y el paisaje dejaban de sorprenderme, ya me sentia uno con el entorno, todo alrededor estaba en armonia con mi escencia y fue así que quice más. Quise avanzar, me quería alejar, dejar al grupo y seguir camino, seguir el duro sendero de las rocas por más prohibido que este… Eso quería, perderme, seguir seguir y seguir. Ya no sería un paseo turistico, sería una travesia, sería ser uno mismo con la naturaleza y así escapar. Tal vez regresar al caer el sol, tal vez no, tal vez disfrutar de las estrellas en alguna otra roca muy distante a esta y observar las lluvias caer por la montaña… Podría hacerlo, tal vez molestaria a alguien que yo escapara, pero podía hacerlo… Tan solo por querer hacerlo. Eso es lo que se necesita, hacer las cosas para uno mismo, sentirse salvaje, ser quien queremos ser. Despues de todo yo sé y vos sabes que si no vivimos hoy, en el mañana estaremos muertos ¿Por qué no permitirnos entonces tener un tiempo de paz? Tal vez ese momento sea lo unico que necesitamos para trascender del mañana.
            Y mientras veía aquella peligrosa cadena de montañas y rocas por las que no nos permitían avanzar y a mitad de mi deseo de violar aquella norma fue que mi colega llego a mi lado. ¿Cuánto tiempo había pasado?

            _ ¿Y macho como va?
            _ Bien _

Fue entonces que mis pies volvieron a la tierra. Ya no era ni nube ni piedra y las montañas una vez más me sorprendian. Que gran momento había pasado hasta recien y ahora el tiempo volvía a correr y ahí estaba escuchando los comentarios que me llegaban.

            _ Chabon hace esto, tirate a dormir en la piedra unos minutos y vas a ver lo que se siente cuando te despertas.

            Y luego de decir esas palabras fue que deje a mi camarada, teniendo un minuto de paz. Tal vez con un poco de suerte alcance a sentir aunque sea una parte de lo que había sentido yo.